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Se sabe que con la edad se produce una atrofia del cerebro. Por ejemplo, la materia gris del cerebro disminuye de media un 15% desde los 20 hasta los 70 años.
Se sabe que con la edad se produce una atrofia del cerebro. Por ejemplo, la materia gris del cerebro disminuye de media un 15% desde los 20 hasta los 70 años. Esta atrofia del cerebro, que es más pronunciada en unas personas que en otras, está relacionada con alteraciones de la función cognitiva y de la capacidad para aprender, que pueden llegar a ser extremas, como en el caso del Alzheimer. Muchos investigadores han intentado estudiar qué se puede hacer para prevenir esta atrofia del cerebro que se observa con la edad. La práctica de ejercicio físico de manera frecuente parece que puede ser un buen medio para prevenir, al menos en parte, la atrofia del cerebro y la aparición o el desarrollo de algunas demencias. Por ejemplo, se ha visto que las personas mayores que practican ejercicio físico de modo regular tienen mucho menos atrofia cerebral y preservan mejor su masa gris cerebral que los sedentarios de misma edad. Algunos estudios han demostrado también que las personas mayores sedentarias que comienzan a practicar ejercicio físico de resistencia a mediana o alta intensidad durante varias semanas, aumentan el volumen de su cerebro, hacen desaparecer completamente la atrofia de algunas de sus zonas y mejoran la función cognitiva. Estos estudios son bastante prometedores porque sugieren la posibilidad de que el ejercicio físico de resistencia realizado a mediana o alta intensidad, llevado a cabo con frecuencia (2 a 3 veces por semana como mínimo), puede prevenir la atrofia cerebral y sus lamentables consecuencias que se observan con el envejecimiento. Las razones por las que el ejercicio físico puede tener estos efectos positivos sobre el tamaño del cerebro no son muy conocidas, pero parece que el ejercicio físico aumenta el flujo de sangre y la oxigenación del cerebro y promueve la formación de neuronas.
