Las bebidas azucaradas son la principal fuente de consumo de azúcar añadido en muchos países industrializados y están asociados con la obesidad y con numerosas enfermedades, especialmente en la población más desfavorecida económicamente4. Por ejemplo, se ha visto que las personas adultas que beben de una a dos porciones de bebidas azucaradas o más cada día (de 330 a 700 mililitros diarios) aumentan más el peso corporal a lo largo de los años y tienen más riesgo de desarrollar una diabetes que las que beben menos de 300 a 600 mililitros al mes de esas bebida4. También se ha visto recientemente que los adultos que ingieren más cantidad de bebidas azucaradas y de zumos naturales de frutas (que supongan entre ambas más del 5% de total de calorías diarias ingeridas en la dieta) tienen mayor riesgo de muerte cardiovascular3. Esto quiere decir que, por ejemplo, una persona sedentaria de 75 Kg que gaste cerca de 2000 calorías por día, el 5% del total de calorías diarias (100) sería equivalente a beber diariamente unos 240 mililitros de coca cola clásica ó 210 mililitros de zumo de naranja natural ó 380 mililitros de Powerade. Si esa misma persona comienza a hacer ejercicio físico 3 días por semana y consumiese unas 2.400 calorías diarias, el 5% del total de calorías diarias (120) sería equivalente a beber diariamente unos 290 mililitros de coca cola clásica ó 250 mililitros de zumo de naranja natural ó unos 450 mililitros de Powerade. En niños y niñas se ha visto que los que beben más bebidas azucaradas tienen un 55% más riesgo de presentar obesidad o sobrepeso4. Por último, afortunadamente, también se ha visto que las personas que disminuyen de modo importante el consumo de dichas bebidas reducen su peso corporal4.
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