Esteban M. Gorostiaga Ayestarán
Para que se produzca una contracción voluntaria del músculo es necesario que una zona del cerebro se active y transmita una señal a través del sistema nervioso que activará el músculo para que se produzca la contracción. Se sabe que con la edad hay un deterioro del sistema de transmisión desde el cerebro hasta el músculo (por ejemplo, pérdida de unidades motoras, menor capacidad de excitación de dichas unidades, menor frecuencia de estimulación y menor velocidad de conducción del estímulo a través del nervio) que hace disminuir el tamaño del músculo y su capacidad para producir fuerza. En un estudio realizado en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega, se ha visto que:
- las personas de 70 años que llevan muchos años de su vida haciendo entrenamiento de fuerza presentan un deterioro mucho menor de esta capacidad del sistema nervioso para activar el músculo comparado con las personas sedentarias de la misma edad o con las personas de esa edad que hacen ejercicio físico pero no de fuerza.
- Ese gran deterioro no es algo inevitable ni imposible de recuperar, al menos en parte, porque ese mismo grupo de investigación ha demostrado que en personas mayores sedentarias, un entrenamiento de 8 semanas de fuerza muscular aumenta un 70% esta capacidad del sistema nervioso para activar el músculo, aumentar su tamaño y su fuerza. Estos resultados tienen una aplicación práctica importante para prevenir la pérdida de la capacidad del sistema nervioso para activar los músculos y para producir fuerza. Hasta hace pocos años se creía que esta pérdida era irreversible, especialmente en lo referente al deterioro del sistema nervioso.
Referencia: Unhjem R, Nyga°rd M, van den Hoven LT, SidhuSK, Hoff J, Wang E. Lifelong strength training mitigates the age-related decline in efferent drive. J ApplPhysiol 121: 415–423, 2016.