Esteban M. Gorostiaga Ayestarán
Durante el ejercicio, los músculos producen radicales libres que contienen oxígeno. Si el esfuerzo no es excesivo en duración o intensidad, la producción de estos radicales libres no es muy elevada y es positiva para la mejora del rendimiento deportivo porque los efectos negativos de los radicales libres (daño muscular) son evitados por las enzimas antioxidantes del organismo. Además, esa producción de radicales libres tiene unos efectos muy positivos en la persona deportista porque mejora la capacidad antioxidante del organismo y porque estos radicales libres favorecen la creación de nuevos vasos sanguíneos (el oxígeno llega más fácilmente al músculo), mejoran el sistema de defensa del organismo, aumentan la creación de mitocondrias (favorece la producción de energía de origen aeróbico), aumentan la masa muscular y la capacidad de recuperación. El problema es que cuando el esfuerzo es excesivo en duración y, especialmente, en intensidad la producción de radicales libres en el músculo es muy elevada, supera la capacidad antioxidante que tiene el organismo y favorece la fatiga, el daño muscular y el empeoramiento de la marca. Por dicho motivo, en esos casos, sería conveniente... Leer artículo completo